En todo México se presenta un fenómeno llamado “ilusión sexenal”, donde muchos mexicanos piensan que por el simple hecho de cambiar de gobierno cada tres o seis años la situación mejorará y los problemas se resolverán por arte de magia.
Cada uno de los que toman la responsabilidad de las administraciones en sus tres niveles de gobierno se acomodan y toman su tiempo para valorar problemas, circunstancias, recursos económicos y capacidad de respuesta. Otros piensan en pagar favores recibidos, resolver sus propios problemas económicos y hasta en hacer su “guardadito”.
A dos años de haber iniciado su administración, el Presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, asegura que ha sentado las bases del crecimiento del país sin generar nuevas deudas y que la 4T sigue avanzando, que va a superar la crisis existente, restablecer el crecimiento económico y seguir con los cambios profundos en las estructuras sociales del país, combatiendo la corrupción y ventilando actos de impunidad. La sociedad por su parte se encuentra a la expectativa y un tanto temerosa de que las promesas de bienestar no se cumplan.
En lo político, el Presidente busca alcanzar el mayor número de triunfos posibles en los 300 distritos federales electorales y en las 15 gubernaturas en disputa (8 en manos del PRI, 4 en poder del PAN, 1 bajo el control del PRD, una independiente con Nuevo León y otra de MORENA en Baja California)
En Sinaloa, con la entrega del documento al Congreso del Estado donde da a conocer los resultados del cuarto año de su administración, el gobernador inicia formalmente su último tramo como mandatario. Empieza también a encaminar sus acciones a limpiar la casa, hacer enroques, aceptar renuncias de colaboradores que buscarán estar en las boletas electorales, como la de SERGIO TORRES, CARLOS GANDARILLA y otros que seguramente dirán adiós a sus actuales responsabilidades.
El gobernador ORDAZ COPPEL, enfrentará un 2021 difícil en lo económico, político y social. El covid-19 sigue presente, el sector económico lucha y presiona por mantener las empresas abiertas; el carnaval se avecina y el beisbol no se detiene. El presupuesto asignado a Sinaloa viene castigado, los ingresos recaudados serán menores y la presión social reclamará apoyos en salud, pesca, agricultura, educación, empleo, seguridad pública, etc.
En lo político, el gobernador QUIRINO ORDAZ COPPEL se encuentra entre la presión presidencial que lo obliga momentáneamente a ir montado en la 4T, mientras que en el otro extremo recibe señales de la dirigencia priista que lo presiona para que luche por dejar como sucesor a un priista de hueso colorado como JESÚS VALDEZ, MARIO ZAMORA, ALFREDO VILLEGAS o CARLOS GANDARILLA.
Dice un refrán popular “solo quien carga la cruz, sabe lo que pesa” y QUIRINO ORDAZ COPPEL se encuentra en un gran dilema político, el de ir con todo y contra todos los que se atraviesen para poder sacar avante a quien designará el PRI como su abanderado por la gubernatura o seguir las señales e indicaciones de quien gobierna el país. Que por cierto es terco, duro y vengativo, además de que tiene mucho poder y todavía le quedan cuatro años de gobierno, suficientes para acabar con sus enemigos políticos o cualquiera que lo rete.
Llegue quien llegue a gobernar Sinaloa, tendrá que ser creativo y muy capaz para estirar una cobija que difícilmente cubrirá a todos. Debe ser un hombre o una mujer con capacidad de planeación y desarrollo para enfrentar con éxito las adversidades. Es verdad que la planeación no garantiza el éxito, pero proporciona certidumbre y fortaleza de gobierno.
La planeación democrática como principio e instrumento de gobierno rechaza los procedimientos autoritarios para solventar los diversos problemas; Sinaloa tiene un sistema institucional, plural en lo político y mixto en lo económico; popular y nacionalista en lo cultural y en constante lucha por lograr una sociedad más igualitaria. Así que aspirantes y suspirantes a puestos de elección popular, hay que ser congruentes, tener los pies en la tierra, honestos y honrados. Llegar a servir y no a servirse.
La situación actual exige en los gobiernos flexibilidad en un marco de principios y propósitos claramente establecidos. Es necesario un plan de gobierno que fije las orientaciones generales y señale compromisos. Quien llegue a gobernar Sinaloa los próximos seis años debe tener experiencia, contar con información y estar previendo en todos los sentidos. Pero antes tendrá que ser un buen candidato y pasar la prueba del ácido en las urnas electorales. ¿Quién para Sinaloa?