Para iniciar con este tema es importante recordar algunos conceptos: La Política es la ciencia o el arte de gobernar que trata de la organización y administración de un Estado en sus asuntos de interés general. En México, los partidos políticos son entidades de interés público con personalidad jurídica y patrimonio propio, cuyo objetivo, entre otras obligaciones más, es promover la participación de la población en la vida democrática.
El proceso electoral que se vive actualmente nos brinda la oportunidad de elegir a los mejores hombres y mujeres que habrán de llevar las riendas del país durante el próximo sexenio, pero también es una gran oportunidad para situar a los partidos políticos en el lugar que les corresponde y con ello dejar en claro que el poder lo tiene la sociedad y el mandatario es solamente un servidor público.
La modernización de los partidos políticos es una tarea colectiva en la que se debe evitar caer en agobios y trabas de coaliciones partidistas o parlamentarias dónde las minorías terminan gobernando, es necesario avanzar como país hacia un renovado pacto federal. Tomemos conciencia de la magnitud de nuestro desarrollo, la densidad demográfica y la diversidad de nuestras regiones que representan un reto para la gestión adecuada de los asuntos de la comunidad.
Quién gane la elección presidencial y tenga la responsabilidad de gobernar a México los próximos 6 años, deberá mantener estrecho contacto con los ciudadanos y ser un eficaz promotor de la satisfacción de sus demandas. Partidos, sociedad y gobernantes, tienen una gran tarea por delante: trabajar en equipo y respetar la libertad de expresión y de acción de los ciudadanos. Entre todos deben recoger el esfuerzo y corregir el rumbo de organizaciones políticas y sociales, no solo en su relación con el Estado, sino en su propia responsabilidad y en el papel que desempeñan para con sus agremiados.
La democracia moderna no podría funcionar sin los procesos electorales, ya que las elecciones son un instrumento para transformar un régimen no democrático en otro que si cubra las características que la sociedad requiere. Para que haya un cambio verdadero, todos los actores deben cumplir con el papel que les corresponde: los ciudadanos deben exigir elecciones limpias que se desarrollen en un marco de equidad, igualdad y trasparencia para asegurar que su voluntad sea respetada, así como elegir hombres y mujeres honestos y capaces de representarnos; los partidos políticos participarán, conforme a lo dispuesto en la Constitución y en el COFIPE, en la preparación, desarrollo y vigilancia del proceso electoral; mientras que la autoridad electoral deberá cumplir con su trabajo a cabalidad y garantizar, con obligación jurídica, procesos limpios y trasparentes. Solo así habrá confianza ciudadana y se dará un ejercicio democrático transparente, de eficiencia y calidad. Ahora más que nunca, la sociedad anhela un verdadero cambio y estará vigilante de que las reglas se cumplan.