MORENA, Como partido en el poder, debe tomar el ejemplo del otrora todo poderoso PRI y evitar cometer los mismos errores como abusos de poder, manipulación, acarreos, corrupción y engaños. El ciudadano tiene un límite, la inconformidad aumenta y los pronósticos electorales de hoy, pueden cambiar de aquí a la elección de 2024. No hay que olvidar que los gobiernos sufren un desgaste natural y aún es temprano para cantar victoria. Se avizoran fuertes conflictos electorales y un desborde de pasiones con pronósticos reservados.
¿Será conveniente seguir hablando del pasado cuando hay tantos problemas por resolver y oportunidades por aprovechar? Muchos nos preguntamos a quién le corresponde decidir la candidatura presidencial ¿Al presidente de la república, a los partidos políticos, a la militancia, a los Consejos Nacionales Partidistas o a quién? ¿Habrá piso parejo? ¿Aceptarán los resultados?
El PRI, el PAN y el PRD, quieren aparentar democracia cuando en la práctica sus propuestas son demagogia pura ¿cuándo llegará el momento en que la sociedad le imponga a los gobiernos el respeto esencial de la democracia y obligue a los partidos a la modernización y a la democracia con justicia social? Es necesario que la mayoría asuma retos y responsabilidades, en una competencia política donde se promueva una mayor participación social.
La izquierda mexicana al frente del gobierno, debe organizarse y estar preparada para la ausencia del presidente LÓPEZ OBRADOR. Querer mantenerse en el poder más allá del 2024, es un derecho y una perspectiva democrática. Sin embargo, deben cuidar las formas, valorar su capacidad de gobernar, generar equilibrios y revisar las prioridades del país, planeando a mediano y largo plazo para lograr un verdadero cambio.
Es muy difícil deshacerse de la mentalidad paternalista cuando se sigue utilizando el problema de la desigualdad como una fórmula de control político, dejando fuera de la conciencia democrática a millones de marginados que solo esperan el apoyo de los programas sociales para sobrevivir económicamente sin razonar su voto. ¿Por qué no buscar proyectos alternativos que ayuden a mejorar las condiciones de pobreza que viven millones de mexicanos? Los programas de bienestar son justos y necesarios, pero el utilizarlos como única alternativa de solución a la pobreza, genera tensión en las finanzas públicas.
La reciente reunión del Consejo Nacional de MORENA, sirvió para dar a conocer las reglas para designar a quien será coordinador de “Los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación” mismo que posteriormente se convertirá en Candidato Presidencial. Esto deja un mal sabor de boca pues convierte al presidente LÓPEZ OBRADOR en el gran elector que sigue dominando la agenda política Nacional. Pasada la euforia, las tribus de MORENA, mostrarán su realidad política y darán señales de lo que vendrá para el 2024. Por lo pronto hay que esperar para ver si el INE asume su autoridad, y declara ilegal o no, el proceso electoral iniciado por “las corcholatas” de MORENA.
La renuncia de CLAUDIA al gobierno de la Ciudad de México, la deja sin escudo protector; al entregar el despacho de la Secretaría de Gobernación, ADÁN AUGUSTO, se juega el todo por el todo; la renuncia de MARCELO a la Secretaría de Relaciones Exteriores, así como el arribo de su relevo ALICIA BÁRCENA, lleva también su mensaje, en política no hay casualidades. RICARDO MONREAL se deja querer, mientras que otros aspirantes registrados son simples rellenos para colorear una democracia muy descolorida.
Las renuncias y licencias las exigió el presidente AMLO, lo cual le permiten tener el control de sus “corcholatas”, porque estando fuera del presupuesto oficial no tendrán dinero y estructura administrativa. En pocas palabras, el control, lineamientos y la agenda a desarrollar de cada uno de ellos estarán en palacio nacional y difícilmente se atreverán a solicitar apoyo del crimen organizado o de algún empresario a espaldas del presidente.
Inicia un juego donde perdiendo también se gana, pero lo primero es mantener la unidad, hacer méritos y jurar lealtad. Si alguno de ellos gana la elección constitucional de Junio del 2024, se habrá llevado el premio mayor y tendrá que decidir si baila al ritmo de un son tabasqueño o cambia de paso y programa de gobierno.