Estamos a 27 días de que termine el año y se sigue viendo muy complicado, con más dudas que respuestas. Estamos ante una economía devorada por la inflación; el Covid-19 no se va y ahí viene Ómicron; los gobiernos gastan más en burocracia y pago de deuda que en obra pública; la violencia no se detiene a pesar que se tiene al ejército en las calles; la pobreza va en aumento; la autonomía del Banco de México se pone en duda; hay incertidumbre en la inversión y desconocemos la política que implementará el presidente AMLO, para enfrentar un año que se mira muy complicado.
El Senador, RICARDO MONREAL AVILA, enfatizó que “el poder de la Federación requiere de una revisión profunda, pues el sistema de justicia en México aún tiene demasiadas fallas y los integrantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los magistrados y jueces tienen que alejarse de excesos de privilegios que los rodean”. Los resultados en materia de justicia han sido insuficientes, se han visto espectaculares pero no ha sucedido nada; sigue imperando el tráfico de influencias, la impunidad y la corrupción. Las denuncias públicas en contra de ENRIQUE PEÑA NIETO, LUIS VIDEGARAY, algunos exgobernadores, etc. se han convertido en simples campañas de publicidad pero la espada de la justicia no aparece.
Los partidos políticos calientan motores y se aprestan a designar a los candidatos que buscarán el voto en seis Estados donde se renovarán gubernaturas. Se debe reconocer que en los procesos electorales se han fortalecido las instituciones y con ellas la convivencia política en el país. Además, se han sentado las bases para una mayor competitividad partidaria con un Código Federal Electoral que necesita mejorar. Aun así, el piso electoral sigue siendo disparejo, se utilizan programas sociales y recursos públicos para manipular el voto, la delincuencia organizada le da vida a las narco–elecciones e impera el miedo. Los precios de los alimentos se disparan hasta duplicarse y eso también genera violencia.
En materia educativa se enfrenta una grave crisis, ante las dificultades generadas por las clases a distancia y las inconformidades de los maestros debido a los deficientes programas de incentivos económicos implementados por el gobierno federal. Es indispensable elevar la calidad educativa, otorgar salarios dignos a los docentes y mejorar la infraestructura de las escuelas; De igual manera, el sector Salud requiere de una mayor inversión, consolidación y cobertura sin distinción de clases sociales. La sociedad exige una mejor calidad de vida y que las promesas electorales se conviertan en realidades.
Otro punto importante es el tema ecológico. Es urgente la implementación de programas para generar una mayor cultura en el cuidado del medio ambiente y el compromiso social de revertir la contaminación de nuestro planeta. Frenar la contaminación del aire, ríos, mares, suelos y la preservación de nuestros recursos forestales debe ser prioridad de todos.
Sinaloa requiere de una planeación a largo plazo con el fin de proporcionar bienestar a la sociedad, Es importante contar con fuentes de empleo bien remuneradas y actividades que permitan alejar a sus moradores del ocio, del alcoholismo y drogadicción. Se tienen que hacer grandes esfuerzos para disminuir la desigualdad de los servicios y el equipamiento urbano entre municipios grandes y chicos.
El Estado, como responsable de la seguridad pública, debe contar con instrumentos eficientes para garantizar la protección de los ciudadanos. Realizar mejores investigaciones, ser escrupulosos en la integración de expedientes delincuenciales dentro del orden jurídico y perseguir eficaz y oportunamente las denuncias ciudadanas para que no terminen en la impunidad.
Con el campo Sinaloense se tiene una gran deuda moral. Es indispensable transitar de una relación desigual de las instituciones con la sociedad y de la ciudad con el campo a nuevas formas de corresponsabilidad. No hay otro camino más que el ordenar las decisiones básicas en función del interés general, y concertar la amplísima gama del tejido social con nuevas soluciones que logren un mayor equilibrio y bienestar para todos.
Para este 2022, los sinaloenses demandan educación de calidad, servicios de salud dignos, alimentación, empleo bien remunerado, recreación, un medio ambiente sano, unidad y honestidad. Las grandes tareas del Estado han exigido, han reclamado y esperan encontrar respuestas a muchas de sus necesidades y demandas.