Han pasado casi dos años de gobierno de RUBÉN ROCHA MOYA, y por salud política, no se puede seguir culpando al pasado de todos los males existentes, es necesario tener soluciones reales a los diversos problemas heredados por administraciones pasadas, que como lastres frenan el avance de un gobierno que dice ser diferente a los demás.
En Sinaloa, el narcotráfico ha logrado hacerse de un gran liderazgo basado en la violencia, corrupción, impunidad y la modernización de su operatividad. Cerrar los ojos a esta realidad, es estar fuera de contexto de lo que realmente sucede. Es importante destacar que Sinaloa ha recibido grandes beneficios económicos de esta actividad, lo que hace muy complicado su combate y control. Sin embargo, también ha sido un freno para el desarrollo político y económico del Estado, por los impactos que ha generado contra algunas administraciones estatales, especialmente en las áreas de justicia y seguridad, con bloqueos, levantados, asesinatos al más alto nivel y acciones de corrupción de gran cuantía.
El Estado es el principal proveedor de seguridad pública, y junto con la sociedad, es el responsable de la evolución y efectos de la criminalidad, misma que hoy está dimensionando el crimen violento, los convoyes de sicarios que transitan libremente ubicándose en parámetros muy peligrosos ante el uso de estrategias, tecnología y armas sofisticadas. Lo más grave, es que 8 de cada 10 delincuentes son jóvenes de entre 18 y 32 años deseosos de adrenalina y dinero fácil.
Narcotráfico, violencia, inseguridad, impunidad y corrupción, son temas candentes que tendrá que enfrentar el gobernador, aquí se encuentra la fibra más sensible de los sinaloenses y ha sido la principal falla de anteriores administraciones.
Por el momento, la relación gobierno-medios de comunicación no ha brindado buenos resultados y esto impacta de manera negativa en la percepción ciudadana sobre el actual gobierno. Es evidente que ha faltado un adecuado posicionamiento de las acciones realizadas con cuentas claras y objetivas, no pagadas. La sociedad no tiene información cualitativa ni cuantitativamente real de lo hecho por el gobierno de ROCHA MOYA, por ello es conveniente que los responsables del área de comunicación retomen las relaciones con este sector de la información pública, sin olvidar que la tecnología, las redes sociales y otros, están desfasando lo tradicional.
El problema que se vive en el sector agrícola (donde dicho sea de paso existen intereses políticos y económicos muy fuertes) afecta al grueso de los productores, a los que en su momento no supieron encausar e informar correctamente sobre el tratamiento que el gobierno Estatal y Federal les estaba dando. Para muchos productores fue positivo el acuerdo al que se llegó; pero para otros, sigue existiendo un gran malestar por compromisos de campaña no cumplidos. Urge que se diseñen programas y acciones gubernamentales de apoyo al campo sinaloense, con valor, decisión y sin posturas electorales.
En materia de corrupción, es tanto lo que se oculta de administraciones pasadas, que se juega al gato y al ratón: compra de patrullas sin licitar, aviones chatarras comprados con sobreprecio, desviación de recursos públicos en materia de salud, turismo, seguridad, construcción de teatros como símbolo de frivolidad, etc. Y qué no decir de estadios reconstruidos y modernizados con recursos públicos; los terrenos del Ingenio azucarero de Los Mochis, así como la propiedad de la USE, que alberga dependencias del Gobierno del Estado, todo esto con más dudas que respuestas.
En materia de desarrollo económico, Sinaloa requiere la integración del gobierno, empresarios y sociedad, para dar el salto esperado en materia de industrialización, esto ayudaría a que la entidad tenga otra cara en el exterior y mayor confianza en el interior, para así impulsar la inversión, tema que a todos nos debe de interesar.
Es momento de que el gobernador y su equipo hagan un alto en el camino, se enfríen un poco del proceso electoral, y realicen un profundo análisis del rol que les toca jugar en los cuatro años y meses que les queda para lograr una transformación real de Sinaloa y su gente.