La polarización y descomposición política actual es tanta que afecta a todo México, y Sinaloa no es la excepción, lo más triste es que no se sabe cuándo tocaremos fondo. Tal parece que los partidos y organizaciones políticas, tanto nacionales como locales, no han entendido los mensajes que ha mandado la ciudadanía en los últimos procesos electorales.
Partidos políticos concesionados a grupos familiares o al gobernante en turno; dirigentes partidista, en su mayoría, sin calidad moral; candidatos a puestos de elección popular impuestos por las cúpulas del poder, sin que importe la larga cola que arrastran; exgobernadores reciclados que brincan de un partido a otro como si fueran ejemplos de buen gobierno o símbolos de honestidad; alcaldes más rayados que una cebra, marcados por la deslealtad, el trapecio y el exceso de publicidad. Y a pesar de todo esto, es tanta la perversidad y el cinismo de muchos de ellos que buscan a toda costa aparecer en las boletas electorales del 2024.
Los triunfos electorales se nos siguen vendiendo como logros espectaculares de los partidos políticos, cuando la realidad nos muestra resultados mediocres de gobierno; los servicios de salud no han mejorado; el sistema educativo se encuentra burocratizado y desmotivado; los productores agrícolas están huérfanos de liderazgos; los campos pesqueros olvidados y a la deriva; los moradores de los altos siguen temerosos ante los altos índices de inseguridad; mientras que la sociedad está deseosa de buenos conductores capaces de resolver los problemas existentes.
¿Cuándo llegará el día que los partidos políticos dejen de ser propiedad de unos cuántos y se conviertan en un muro de contención que impida la llegada de candidatos arribistas y convenencieros del poder? No debemos olvidar que el fortalecimiento del régimen de partidos es la base cultural de un país como el nuestro, que busca salir del subdesarrollo político para entrar en la modernidad y la participación Social, esa que se sustenta en la responsabilidad compartida entre Estado, partidos, grupos y ciudadanos. La disputa civilizada por el poder debe imperar sobre la confrontación física y verbal, para la formación de mejores cuadros de representación política.
Gobierno, partidos políticos y candidatos, no deben perder de vista que la sociedad ha despertado y no fácilmente se dejará convencer, “Los votos cuentan y cuentan mucho”. En el proceso electoral del 2024, no solo hay que vencer, también hay que convencer. Es necesario convencer el voto del abstencionismo con planes de gobierno y no con ilusiones sexenales. Atrás debe quedar la compra de votos, los acarreos, la imposición de candidatos deshonestos y el uso del aparato de gobierno o del crimen organizado para obtener o retener el poder.
La oposición al gobierno tiene un papel muy importante en un régimen democrático como el nuestro. Si realmente le entienden a la democracia y aman al país como dicen, la mejor forma de demostrarlo es tratando de disminuir el abstencionismo y que al término cualquier elección dejen atrás toda rivalidad política, y sin caer en la sumisión o en complicidades, unan sus fuerzas para hacer de México un mejor país.
La sociedad quiere partidos políticos modernos, con energía, responsables, democráticos y fuertes; que trabajen en la formación de nuevos cuadros y en la ampliación de sus bases sociales, que sepan entablar alianzas y acuerdos políticos que impulsen la democracia y que beneficie a la sociedad. Partidos fortalecidos con el voto ciudadano, que respondan y vigilen acciones de gobierno. Proponiendo y no obstruyendo.
Si de verdad se quiere poner freno a la corrupción, se tienen que crear las condiciones para facilitar la honestidad, bajo un sistema de justicia moderno, menos burocratizado y más justo ¿Cuál ha sido el aporte de SARA BRUNO QUIÑÓNEZ para mejorar en cuanto a seguridad, justicia de calidad y acabar con la impunidad?
La Auditoria Superior del Estado a cargo de EMMA GUADALUPE FÉLIX RIVERA, tiene como principal función fiscalizar el ejercicio de los recursos y cuentas públicas en la entidad. Es evidente que tiene que hacer mejor su tarea, vigilando y denunciando cuentas públicas del Estado, municipios, juntas de aguas y otros para evitar la impunidad y el olvido ¿Dónde la justicia y la rendición de cuentas?
La impartición de justicia y la seguridad de los ciudadanos es otro elemento a profundizar, sin caer en los extremos o en el amarillismo. El ciudadano debe tener la certeza de la existencia de un orden jurídico apartidista, que proteja su libertad y su patrimonio. Por el momento, Sinaloa parece navegar en una embarcación sin velas y con el mar embravecido.