Reformar y transformar un país a través del servicio público, implica que los tres poderes de la nación respeten mutuamente las atribuciones que les da la Constitución. Reformar el poder significa llevar al gobierno a las comunidades y ciudades a través de un federalismo moderno, libre de tentaciones electorales, con nuevos métodos de administración para que cada ciudadano se sienta representado de manera eficiente y oportuna, respaldado por un sistema que dé certidumbre a los derechos humanos y a las libertades democráticas.
Quien gobierne al país el próximo sexenio, deberá apostarle al futuro sin justificarse en el pasado. Tendrá que entender que fue contratado para solucionar un sin fin de problemas que se han acumulado a las nuevas necesidades y no repetir acciones que dañen a la nación. Deberá trabajar en reformas constitucionales que ayuden a lograr justicia social, unidad, paz y tranquilidad; así como darle a la sociedad voz, libertad, democracia y justicia, que como instrumentos de ley, le sirvan para combatir el crimen organizado, cacicazgos, corrupción, impunidad y templos de poder.
La tarea del próximo presidente no será nada fácil, así sea CLAUDIA, ADÁN AUGUSTO, MARCELO, RICARDO o cualquiera de la oposición tendrán que realizar un gran esfuerzo para dar buenos resultados ante tantos problemas que se viven en un México dividido y polarizado, donde la pobreza abunda y la riqueza se encuentra en pocas manos.
En México, la lucha por la democracia no está exenta de dificultades. Quienes lleguen a la presidencia, al Senado, a la Cámara de Diputados y alcaldías deberán lograr un país justo y de oportunidades para todos. La sociedad tendrá que ser muy responsable al momento de emitir su voto para lograr que a estas responsabilidades lleguen los mejores hombres y mujeres con experiencia, capacidad y honestidad.
Lo que sucede a nivel nacional, generalmente impacta a nivel local. Para que el gobernador, RUBÉN ROCHA MOYA, pueda llegar al 2024 más fortalecido, deberá garantizarle al Presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR (y a MORENA) el triunfo en Sinaloa de su candidato presidencial.
El gobernador sabe mejor que nadie, que para lograr el éxito, tendrá que apagar los “fuegos políticos” que hay encendidos por todo el Estado. De no hacerlo, se podría provocar un incendio de grandes dimensiones que lo pondría contra las cuerdas de la 4T. Su gobierno está poniendo mucha carne en el asador y sus colaboradores carecen de experiencia, flotan en el poder y no se han dado cuenta que gobernar es un privilegio, pero también una gran responsabilidad.
El conflicto Gobierno-UAS sigue en semáforo amarillo, su solución requiere de mucho diálogo y negociaciones del más alto nivel. Ambas partes tienen que ceder ante un juego de poderes donde todos pierden y nadie gana; las denuncias penales como métodos de presión son frenadas con amparos y contrademandas, generando con ello un gran desgaste y pérdida de tiempo y dinero. Lo único que están logrando es exhibirse unos con otros y mostrar su protagonismo y sed de poder. No hay que olvidar que la educación es una forma de convivencia, sustento de vida democrática, fuente de renovación, acervo para el presente y para el futuro de Sinaloa, bajo reglas muy claras de respeto, autonomía y rendición de cuentas.
El Gobierno de RUBÉN ROCHA MOYA mantiene varios frentes abiertos que como heridas políticas no han sanado: en Mazatlán, el exalcalde LUIS GUILLERMO BENÍTEZ (supuesto amigo del Presidente AMLO) parece que olvida, pero no perdona; JESÚS ESTRADA FERREIRO, se mueve, no quita el dedo del renglón y se defiende como gato boca arriba; en Ahome, se da una relación de supuesta sumisión que puede convertirse en traición; y qué decir de los productores agrícolas, quienes sienten que se les jugó el dedo en la boca. A todo esto hay que sumarle muchas otras historias de abandono, traición e inconformidades ocultas que parecen olvidadas pero siguen muy vigentes.
El día de ayer, René Bejarano “el señor de las ligas” realizó una visita al norte de Sinaloa que sirvió para amarrar compromi$o$ con olor a reelección y a una candidatura a la Diputación Local ¿Con quién realizaría estos pactos?